Llegue entre nervios y angustias a la emergencia de la
clínica, hoy era el día de la operación de un ser querido, había un gran fluido
de pensamientos a causa de una gran inquietud, tome la ligera decisión de sacar
mi libre y ponerme a leer para calmar mis nervios, logre mi objetivo, estaba
más calmada. Pasado los minutos, veo que pasa un chico, pero no sorprendió en
nada, porque pasaban muchos chicos, de repente que veo que viene un gran amigo
de la infancia, de esos que a pesar de los años no se olvidan ni se pueden
perder, un tesoro hecho persona. Conversamos, típico en nosotros hablamos
mucho, de todo, nos reímos, aunque note un poco de tristeza por su parte, y me
atreví a hacer la pregunta del millón, ¿por qué estás aquí?, con una gran
tristeza, me dijo por un ser querido que más querido es un ser amado. Pasamos
la mañana juntos, haciéndonos compañía, pues el notaba mi ansiedad y yo su
tristeza, pero acompañando se nos pasaba un poco. Llego la persona más amorosa
del mundo, Pensé que no había personas así, pero si lo hay, su mamá, me recibió
entre besos y abrazos, haciendo que también se le pasara un poco la pena de
tristeza que tenía.
Se fue él y quedo ella, nunca había visto una persona
tan preocupada como ella, sus súplicas llenas de amor y esperanzas. Pasado el
día, tome la decisión de ir a mi casa a descansar un poco, no pasaron ni cinco
minutos, y llega un mensaje, con las palabras más tristes que había leído en días,
“murió el ser querido de tu amigo" quede sorprendida, más bien en shock,
la verdad no tengo mucha experiencia como superar o sobre llevar la muerte, no sabía
que saber, me encontraba perdida por momentos, hasta que recupere la lucidez.
No sabía con qué
escenario me encontraría cuando llegue a la clínica, no sabía cómo prepararme psicológicamente
para eso, debido a mi poca preparación sobre la muerte, no sabía en verdad que
hacer, entendía su dolor pero más no la muerte.
Al de unos cuantos minutos casi una hora he llegado a
un escenario oscuro y llego de tristeza, lo veo, pero él no me ve, pasados nos
segundos como que noto mi presencia, automáticamente le extendí los brazos y el
automáticamente lloro, en ese momento me vino a la mente un recuerdo de un
episodio triste y deprimente de mi vida, y se me salieron las lágrimas. Por un
momento pensé “como le serviré de apoyo si no le estoy demostrando que soy
fuerte”, me seque mis lágrimas llenas de tristeza y lo abrazo, quedamos solos
durante una hora o más y él entre lágrimas y palabras de dolor me partía el
corazón, y en ese momento mi subconsciente pregunta “¿cómo puede haber amor en
la muerte de un ser querido?”, debido a mi falta de conocimiento sobre ese
tema, que parece sencillo pero no lo es, es más profundo que lo que parece,
pero entre palabras de cariño y de consuelo se calmó mi amigo, pero aun notaba
su tristeza. Mi preocupación aumento cuando vi a su madre, bañada en lágrimas y
en dolor, inmediatamente pensé “Esta
señora no se merece esto”, ya que ella su amor y su preocupación hacía que esto
no era para ella, se fueron sus familiares, y cuando él se fue, me abrazo como
si fuera un oso de felpa y me dijo “gracias” pero ese fue el agradecimiento más
sincero he recibido en años, y yo con media sonrisa “para eso estamos los
amigos o ¿no?” me vio y partió.
Pase toda la noche pensando y comparando, yo pase por
esto pero no es lo mismo, estaba buscando que es lo que había cambiado, cabía
destacar que ambos sentíamos el mismo dolor por la misma causa, la muerte de un
ser querido, no importa cuánto había pasado el dolor seguía, y se acentuó más
cuando vi a mi amigo así, pensé la vida fue injusta con mi amigo y su mamá ya
que personas así no merecían esto. La muerte es tan incomprensible, no sabía
que pensar ni que conclusión llegar. Nunca comprenderé a la muerte pero siempre
tendré presente esta frase de Facundo Cabral “No perdiste a nadie, el que murió
simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos”.
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