martes, 12 de marzo de 2013

Dos penas la misma causa.


Llegue entre nervios y angustias a la emergencia de la clínica, hoy era el día de la operación de un ser querido, había un gran fluido de pensamientos a causa de una gran inquietud, tome la ligera decisión de sacar mi libre y ponerme a leer para calmar mis nervios, logre mi objetivo, estaba más calmada. Pasado los minutos, veo que pasa un chico, pero no sorprendió en nada, porque pasaban muchos chicos, de repente que veo que viene un gran amigo de la infancia, de esos que a pesar de los años no se olvidan ni se pueden perder, un tesoro hecho persona. Conversamos, típico en nosotros hablamos mucho, de todo, nos reímos, aunque note un poco de tristeza por su parte, y me atreví a hacer la pregunta del millón, ¿por qué estás aquí?, con una gran tristeza, me dijo por un ser querido que más querido es un ser amado. Pasamos la mañana juntos, haciéndonos compañía, pues el notaba mi ansiedad y yo su tristeza, pero acompañando se nos pasaba un poco. Llego la persona más amorosa del mundo, Pensé que no había personas así, pero si lo hay, su mamá, me recibió entre besos y abrazos, haciendo que también se le pasara un poco la pena de tristeza que tenía.
Se fue él y quedo ella, nunca había visto una persona tan preocupada como ella, sus súplicas llenas de amor y esperanzas. Pasado el día, tome la decisión de ir a mi casa a descansar un poco, no pasaron ni cinco minutos, y llega un mensaje, con las palabras más tristes que había leído en días, “murió el ser querido de tu amigo" quede sorprendida, más bien en shock, la verdad no tengo mucha experiencia como superar o sobre llevar la muerte, no sabía que saber, me encontraba perdida por momentos, hasta que recupere la lucidez.
 No sabía con qué escenario me encontraría cuando llegue a la clínica, no sabía cómo prepararme psicológicamente para eso, debido a mi poca preparación sobre la muerte, no sabía en verdad que hacer, entendía su dolor pero más no la muerte.
Al de unos cuantos minutos casi una hora he llegado a un escenario oscuro y llego de tristeza, lo veo, pero él no me ve, pasados nos segundos como que noto mi presencia, automáticamente le extendí los brazos y el automáticamente lloro, en ese momento me vino a la mente un recuerdo de un episodio triste y deprimente de mi vida, y se me salieron las lágrimas. Por un momento pensé “como le serviré de apoyo si no le estoy demostrando que soy fuerte”, me seque mis lágrimas llenas de tristeza y lo abrazo, quedamos solos durante una hora o más y él entre lágrimas y palabras de dolor me partía el corazón, y en ese momento mi subconsciente pregunta “¿cómo puede haber amor en la muerte de un ser querido?”, debido a mi falta de conocimiento sobre ese tema, que parece sencillo pero no lo es, es más profundo que lo que parece, pero entre palabras de cariño y de consuelo se calmó mi amigo, pero aun notaba su tristeza. Mi preocupación aumento cuando vi a su madre, bañada en lágrimas y en dolor,  inmediatamente pensé “Esta señora no se merece esto”, ya que ella su amor y su preocupación hacía que esto no era para ella, se fueron sus familiares, y cuando él se fue, me abrazo como si fuera un oso de felpa y me dijo “gracias” pero ese fue el agradecimiento más sincero he recibido en años, y yo con media sonrisa “para eso estamos los amigos o ¿no?” me vio y partió.
Pase toda la noche pensando y comparando, yo pase por esto pero no es lo mismo, estaba buscando que es lo que había cambiado, cabía destacar que ambos sentíamos el mismo dolor por la misma causa, la muerte de un ser querido, no importa cuánto había pasado el dolor seguía, y se acentuó más cuando vi a mi amigo así, pensé la vida fue injusta con mi amigo y su mamá ya que personas así no merecían esto. La muerte es tan incomprensible, no sabía que pensar ni que conclusión llegar. Nunca comprenderé a la muerte pero siempre tendré presente esta frase de Facundo Cabral “No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos”.

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