sábado, 1 de febrero de 2014

Cosas que jamas te diría.

                He pasado casi un mes, con esta hoja y este papel, observándolos detalladamente todas las noches buscando las palabras correctas para hacerte saber muchas cosas. No sé por qué me tomo la molestia, si creo que es una pérdida de tiempo porque capaz que ni sepas de su existencia. He buscado una razón digna de creer para escribirla, porque decir que te odio y que te amo al mismo tiempo no es válido ni lógico, aunque hablando claro ¿qué es lógico para una persona disfuncional mentalmente? Ya sabes que no me gusta la palabra “loco” porque me parece ofensiva, bueno y si no lo sabias, te informo.

                Me digno a escribirte humildemente ya que no me creo capaz de decírtelo en persona, no es por orgullo es que será muy difícil contener mis lágrimas mientras grito las cosas obvias que ignorabas, esto es más como un desahogo, sinceramente no me importa si te sientes a gusto o te molestas como siempre, realmente es mi tiempo de ser el centro de atención no el tuyo, como siempre. Eso no era mi problema, ya que me gusta estar bajo perfil, no me gusta llamar la atención aunque me gusta usar cosas exóticas o llamativas.
                Odio esa manera que me hace sentir que soy tan poca mujer y de la misma manera me das la sensación de ser la mejor mujer del mundo, odio esas falsas ilusiones que me brindabas, aunque me odio más a mí por creérmelas, odio esa manera que me haces molestar, ponerme triste, y ser la persona más feliz del mundo, odio recordarte en cada película de amor y desear que seas tú, odio la manera en desapareces y me dejas sola contra el mundo, odio esa facilidad que tienes para olvidarte de mí y mi nuestras dulces y falsas miradas, y finalmente odio amarte.  

                A veces considero que no te amo, sino o que siento es miedo de quedarme sola en esta sociedad de hipocresía, ya que consideraba que éramos un equipo, en el cual tu sabias tan poco de mí y yo tanto de ti, no creo que ese sea el orden natural de las cosas, por ti he perdido mi esencia ya que me concentre en la tuya. Realmente pensaba que eras “el amor de mi vida” ese que nos venden las películas, las novelas, la televisión y nuestra familia, pero realmente veo que estoy sumamente equivocada, pero a pesar de la decepción me siento agradecida ya que te conozco también que sabía a qué atenerme y que esperar, que sabía cuan egoísta eres.

                Realmente no sé quién de los dos es más cobarde, tú por las veces que regresabas después que me hacías daño tan sigilosamente, o yo por perdonarte reiteradas veces, aunque ya eso no viene al caso para nada. Yo tan preocupada para ser siempre tuya, pero me equivoque, dolorosamente, porque recuerdo cuando hablamos de estas situaciones y yo decía que todo estará bien, cuando algo dentro de mi sabía que no, y esto confirma mi teoría de que “debes sentirlo para saber cómo reaccionaras”.

                Ya sé que no te necesitare más después de esto, ya que este es mi desahogo y mi despedida, esta será la última carta dirigida hacia a ti y este será el último te amo que recibirás de mí, espero que en verdad logres cambiar o seas feliz de esa manera.


Ha sido un placer, esa ingenua que te amo.